Editorial (Octubre de 2022)
"40 años ¡Seguir andando, nomás!"
En octubre de 1982 el pequeño grupo de sobrevivientes que empezó el sendero de la revista Tiempo Latinoamericano no sabía que el camino sería largo; aunque nunca faltaron “sueños de eternidad”, como legítima aspiración humana. Algunos de los fundadores partieron, pero nos siguen desde sus cielos pascuales; otros y otras buscaron nuevos horizontes.
En agosto de 1983, en el primer aniversario del martirio con la revista en marcha, editorializamos: “Enrique Angelelli, obispo y mártir, de quien tuvimos la dicha de ser discípulos. ¡Aquí estamos! Dispuestos a seguir tus pasos, a tomar la bandera del compromiso” El Equipo Responsable se amplió y llegamos a los 40 años, con canas y arrugas en nuestros vapuleados cuerpos, pero alentados siempre por entusiasmos y energías que nos permiten seguir andando. Claro que también fortalecidos por la incorporación de nuevos miembros, que fueron inyectando sangre y empuje en la vida de esta pequeña comunidad de hermanos y hermanas, que se multiplicó en voces, manos y corazones en los cuatro rumbos por Latinoamérica y otros continentes. Las 110 ediciones de la revista, ahora también con su página web, nos certifica este primer tramo de 40 años, con sus temáticas, análisis políticos, aportes bíblicos y teológicos, presencia testimonial de comunidades y organizaciones sociales, y la permanente difusión de la memoria de nuestros mártires.
Aunque la ambición no descansa, a pesar de lo que diga el tango de Carlos Gardel, nunca pretendimos ser el “gran” medio de comunicación. Sí, quisimos, en tiempos aún dictatoriales, abrir una puerta convocante para soplar las cenizas en las brasas de las transformaciones sociales, que no pudieron apagar con secuestros, torturas, cárceles y asesinatos, durante la persecución del terrorismo de estado.
Nuestro camino se inició un año antes del retorno democrático, apenas íbamos recuperando nuestra libertad. Pretendimos abarcar con amplitud todas las realidades sociales, eclesiales y políticas. En aquellos primeros años, cuando el miedo aún rondaba en muchos ambientes, no faltaron los “profetas de calamidades”, como había señalado el papa Juan XXIII y tantas veces repitió Enrique Angelelli, que prendieron falsas alarmas sobre “infiltraciones” o “ideologismos”, como profecías caídas del cielo, para ocultar la hipocresía en la legitimación religiosa de los intereses de los poderosos.
Acusamos los golpes, que fueron duros, de afuera y de adentro, pero seguimos andando. Como pueblo, desde nuestra inspiración cristiana, ecuménica y pluralista. Para nosotros fue decisivo adoptar el lema de nuestro amigo, maestro, pastor, mártir y beato Enrique Angelelli. “Con un oído en el Evangelio y otro en el Pueblo” guió los pasos de la revista como ámbito de encuentro, memoria y reflexión, animando los caminos que abrían las nuevas generaciones en lo religioso, lo social y lo político.
TIEMPO LATINOAMERICANO dio un paso importante cuando en la década del 90 constituyó el CENTRO de formación y memoria, dando continuidad sistemática a la Semana de Reflexión Mons. Angelelli y a las festivas y multitudinarias Peñas de la Solidaridad, mientras seguimos reclamando la investigación del crimen. También los cursos de biblia y análisis de la realidad, como servicios a miembros de las comunidades cristianas y militantes sociales. Pisando nuestra propia tierra vimos la necesidad de abrirnos a las nuevas realidades latinoamericanas, que padecieron la doctrina de la seguridad nacional y despertaron a un nuevo amanecer democrático, aunque con limitaciones impuestas por la hegemonía neoliberal. Nos nutrimos de las nuevas reflexiones de las lecturas populares de la Biblia y las teologías de la liberación, que nos ayudaron a traspasar las barreras nacionales para enriquecer nuestras perspectivas en la construcción de la Patria Grande, con procesos políticos nacionales, populares y de integración latinoamericana.
La memoria del martirologio argentino, que difundimos desde los inicios, incorporándolo al de otras latitudes del continente, nos permitió rescatar los testimonios de vida, que siguen alimentando los compromisos de nuevas generaciones, en sus luchas por los derechos humanos de todas y todos, pero especialmente de quienes son víctimas de un sistema social injusto y opresor, cada vez más concentrado y explotador.
Angelelli, Marta, Wenceslao, y tantas otras y otros mártires contemporáneos, que conocimos nos comprometieron a no aflojar. Mantuvimos su memoria, celebrando sus vidas. Rescatamos sus verdades contra los que promovieron el olvido. Y también buscamos Justicia. Para Marta, maestra y catequista, llegó en el 2010 con la condena a perpetua del dictador Videla, el ex general Menéndez y los cómplices judiciales. Para el obispo Angelelli, en el 2014 y la perpetua también a Luciano Benjamín Menéndez y al vicecomodoro Fernando Estrella. Wenceslao, el laico cooperativista campesino de Sañogasta, sigue esperando que la impunidad biológica no impida que la justicia llegue, en este 2022. Acompañamos estos procesos judiciales porque apostamos a una democracia asentada en bases firmes, más allá de los poderosos que buscan adueñarse del poder judicial. Y celebramos en el 2019 la beatificación de los mártires riojanos dispuesta por el Papa Francisco, porque recuperó testimonios de fe y compromiso en la construcción de una sociedad con justicia, especialmente para los desechados por el sistema que rompe la fraternidad y destruye la solidaridad, pervirtiendo la convivencia democrática. Nuestra CASA MONSEÑOR ANGELELLI, que inauguramos en 1996, fue y es el lugar abierto para nuestras actividades, dando espacio a grupos y comunidades que hacen sus propios caminos. La “sagrada” reunión de los martes, que iniciamos hace 40 años, sigue siendo la convocatoria semanal del Equipo Tiempo Latinoamericano.
Después de lo vivido en estos primeros 40 años, no podemos decir que estamos lo mismo que en el punto de largada. La experiencia de tantas memorias martiriales, de tantos encuentros y reflexiones, revisando las prácticas evangélicas que nos insertaron en diversos ámbitos sociales, eclesiales y políticos, nos ayudó a pisar la tierra para no aflojar en transformaciones necesarias por más derechos para la vida digna y justa, que exige compartir recursos y riquezas. Apostar por la fe de Jesús en su proyecto de fraternidad con las bienaventuranzas, actualizado en la fe de nuestros mártires, nos desafía a creer y comprometernos en apuestas comunitarias capaces de hacer realidad el reinado del Amor y la Justicia: “vida” con la solidaridad. Y “vida en abundancia” con la justicia. ¡Es lo que nos queda para los próximos 40 años!
Equipo Tiempo Latinoamericano
Índice (Cliquee sobre cada título para ver su correspondiente archivo pdf)
Editorial: 40 años ¡Seguir andando, nomás!
Análisis Político: Grietas, Magnicidio y Democracia. Por Luis M. Baronetto
40 años de dos modelos antagónicos. Por Eduardo González Olguín
Mes de Homenajes a los Mártires
Angelelli: Vuelve un cordobés olvidado
Angelelli: los pobres y los jóvenes como profetas. P. Pablo Ardiles
Carlos Murias. Profecías de la Juventud: Luis M. Baronetto
Cardenal G. Rosa Chavez, San Romero de América y los diálogos de Paz
DOSSIER: Subjetividades, militancias y culturas políticas
Militancia política: desafíos contemporáneos para los movimientos sociales por Luis M. Baronetto
Pasiones políticas y democracia: Reflexiones filosófico-políticas por Carlos Asselborn
40 años de la Revista Tiempo Latinoamericano
Entrevista a Tiempo Latinoamericano. AReCIA
Monseñor Enrique Angelelli: un mártir ocultado y negado por Carlos Ruiz
Presentación del Libro Ocultamiento por Carlos Asselborn
La Memoria en DOCUMENTOS. Testimonio de Fray Luis Coscia
Cordobazo y literatura de los trabajadores por Luis M. Baronetto