Editorial (Mayo de 2014)
Memorias que comprometen
Para Tiempo Latinoamericano el 2014 tendrá un significado especial porque llegamos al fm de un largo camino en búsqueda de Verdad y Justicia. Nacimos en el amanecer de la democracia con el reclamo de justicia por el crimen del obispo Enrique Angelelli. Mantuvimos la Memoria activando diferentes iniciativas que contribuyeron a perder el miedo con la reivindicación del compromiso que nuestro mártir sintetizó en lo que elegimos como lema de nuestro esfuerzo editorial: “Con un oído en el Evangelio y otro en el Pueblo”. Para que esa memoria de la vida consagrada a los pobres fuera completa también había que devolverle la muerte robada, como afirmó Mons. Hesayne. Por eso promovimos la investigación judicial, en la que se sumaron importantes aportes, así como otros prefirieron quedarse con la versión militar del accidente fatal.
Después de 38 años llegaremos al veredictojudicial tantas veces reclamado y tantos años demorado. El crimen del obispo Angelelli no quedará impune. La voz de la Justicia de la democracia saldaráuna deuda prolongada por la complicidad del silencio, hasta de sus propios hermanos de báculo y de mitra, como escribió el obispo poeta Pedro Casaldáliga. Es cierto que la tardanza consagrará la impunidad de varios militares imputados que fallecieron. Eso también será una lección. Porque la justicia lenta siempre es incompleta, y no ayuda a consolidar la confianza del pueblo en sus instituciones democráticas. Aún así lo más importante será reconocer este paso trascendental que rompe las barreras que pretendieron encubrir el atentado criminal. Y será mejor todavia si la justicia aprieta el acelerador, para avanzar en la investigación de la coautoría penal de los civiles que alentaron el crimen desde sus reductos de privilegios protegidos por las armas del terrorismo de estado. Frescas están en la memoria riojana, a pesar del tiempo pasado, las campañas de difamación y mentiras publicitadas en el diario El Sol. Y allí hubo instigadores y escribas con nombres y apellidos que todavía rondan los círculos del poder riojano.
De todos modos, la verdad y la justicia podrán exhibirse como estandartes en un camino que se construyó con la memoria activa de muchas y muchos que siguieron las huellas de los testimonios martiriales. El procesojudicial que exigimos, a su vez nos obligó a remover historias arrinconadas en algún lugar de los recuerdos. Y eso alentó a otros que se sintieron contagiados al reconocerse protagonistas de una experiencia de vida diocesana comprometida en las luchas por la liberación y la justicia social. Fueron retazos de memorias pronunciados venciendo miedos que quedaron para la historia en el abultado expediente de los tribunales.
Celebramos el fallo judicial que es ratificación de la palabra de Justicia dicha casi a escondidas por las comunidades aquel 4 de agosto de 1976, en el esplendor del terrorismo de estado: “Lo mataron”. Si, lo mataron. Eliminaron una vida de compromiso, servicio y entrega al pueblo. Los pobres de La Rioja, los perseguidos, encarcelados y torturados a los que defendió hasta último momento, lo lloraron en soledad. Pero la siembra de su testimonio no cayó en tierra árida. Y germinó en múltiples memorias, que siguieron andando más allá de negaciones y traiciones.
La consagración de su martirio quedará refrendada en la continuidad y multiplicación de voces, manos y corazones dispuestos a extender la convivencia fraternal, la solidaridad constante y la justicia para los pobres, que no llegará sin tesón, sin amor y sin lucha. Esta es la resurrección de San Enrique de Tierra Adentro, como escribió el poeta. Esta es la estrella que brilla en el firmamento, cuando pensaron haberla apagado para siempre, parafraseando a San Pedro Crisólogo.
Memorias comprometidas y que comprometen. “Con oído en el Evangelio y el otro en el Pueblo” sigue siendo la magnífica síntesis del desafío que se nos presenta a los cristianos con una inusitada actualidad. Poner a los pobres en el centro de la mesa -el modo más concreto de poner el oído al Evangelio y al Pueblo- significa asumir a fondo la tarea de arriesgar la vida para que la vida crezca en abundancia para todos. Y esa expresión máxima del amorque contagia generosidad es la base de la necesariaconstrucción comunitaria capaz de asumir el protagonismo, aún en medio de las adversidades, contradicciones y conflictos, para hacer realidad una sociedad distinta, digna de ser vivida y compartida.
Los Mártires de Chicago -en este 1ro. de Mayo- nos recordarán que la vida digna implica riesgos porque la lucha por los derechos humanos siempre se instala en el escenario del conflicto social.Así lo enseña la historia del movimiento obrero que puede celebrar sus conquistas porque ha sabido articular sus fuerzas organizadas y marchar colectivamente, soportando en sus hombros el terrible peso de los poderes explotadores. Esa es la resurrección de la paz que surge abonada en el doloroso camino por lajusticia. Necesitamos de nuestras memorias martiriales, no para cultivar la muerte y quedarse en el viernes santo. Ni siquiera para elogiar el gesto sin duda generoso de la entrega individual. Sin desmerecer las opciones que muestran fidelidad en las convicciones y necesitan sumarse en un proyecto común, las transformaciones sociales que acarrean vida en abundancia para todos son siempre resultado de acciones colectivas que atacan de raíz las causas de las injusticias.
La memoria martirial del obispo Angelelli, individual y colectiva al mismo tiempo, porque es personal pero encarnada en la vivencia de la pastoral diocesana; y la de los trabajadores -como todas las de los pobres-, que también requiere el compromiso personal para expresarse en organización y lucha, sigue interpelándonos en estas Pascuas. No nos regocijamos en la aniquilación de la vida, expresión trágica del conflicto social. Si apostamos a las vidas nuevas, resucitadas después de atravesar el duro e inevitable calvario de los intereses mezquinos. Por eso celebramos el domingo de resurrección y seguimos andando fortalecidoscon el espíritu de los nuevos compromisosque se traducen en vivencias comunitarias y organización popular.
Equipo Responsable
Tiempo Latinoamericano
Índice (Cliquee sobre cada título para ver su correspondiente archivo pdf)
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Dossier para la reflexión. La influencia de lo religioso en la cultura política contemporánea
Cultura, Religión y Política: un acercamiento
Cultura, Religión y Política: Reflexiones en Equipo
La Rioja, 13 de julio de 1976. CARTA de Mons. Angelelli al Arzobispo Zazpe
28º Seminario de Formación Teológica. Caminos por andar...
Cátedra Libre Mons. Angelelli. Ciclo de Cine 2014. Testigos de la Fe y la Justicia
LA MEMORIA EN DOCUMENTOS. Manifiesto de los Obispos del Tercer Mundo
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Acuerdo por una Política de Seguridad Democrática
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