Revista
Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Mayo de 2012)

Vestidos nuevos junto a los corazones de los pobres

Revista nº93 (Cliquee para ver/descargar)“O se asume con corazón recto el desafío que exige la verdadera liberación de un pueblo, o de lo contrario, seguiremos poniéndole vestido nuevo a lo que ya es viejo y sin vida o con vida que ya languidece.”
(Mons. Angelelli, Homilía Radial, 15 de julio de 1973).

Una de las preocupaciones que ronda en nuestros encuentros sigue siendo las formas concretas que logren plasmar en la realidad que vivimos, los proyectos inconclusos. Y en ellos y con ellos, las motivaciones y convicciones que animaron y siguen animando una opción de vida, -en nuestro caso- desde inspiraciones cristianas que hicimos nuestras. Siempre en la doble fidelidad al Evangelio y al pueblo, como repetía nuestro obispo mártir, San Enrique de Tierra Adentro.

Por eso la recurrente temática de la participación política, los derechos humanos, la justicia social, los movimientos sociales, los cambios culturales, las relecturas bíblicas y teológicas, el análisis económico, la memoria histórica y el hacer visibles las nuevas demandas que aparecen con sus propias formas organizativas, en los nuevos movimientos sociales.

Asumimos la devastación que el neoliberalismo produjo en nuestra sociedad trastocando desde la raíz, identidades forjadas a lo largo de nuestra historia, con sus vaivenes y contradicciones. La imposición a sangre y fuego, como acaba de reconocerlo al fin el genocida mayor Jorge Rafael Videla, de un modelo de país para pocos exigía no sólo el secuestro y el asesinato de miles de argentinos, sino la imposición de pautas culturales que hicieran perdurable el disciplinamiento buscado, mediante el terror y el miedo, para favorecer mejor los intereses de los grupos concentrados del poder económico.

Claro que esa visión mesiánica tenía que chocar con la realidad histórica, aunque tuviese el halo justificador de las jerarquías de la iglesia católica hegemónicas entonces. Porque ningún pueblo se suicida. Y por más que fue duramente golpeado, supo resistir durante la dictadura, a pesar del terrorismo de estado que se implantó, forzando una salida democrática, que de todos modos no alcanzó para revertir a fondo el daño provocado. Y así gozó de buena salud el modelo neoliberal durante veinte años.

Las protestas del 2001 que desembocaron en la nueva realidad política del 2003 abrieron nuevas expectativas. Es el proceso que estamos viviendo, no sólo en Argentina, sino en otros varios países latinoamericanos, donde intentaron aniquilar toda aspiración de cambio, como aquí. Esto es lo que palpamos principalmente en lo social y en lo político. Aún con las limitaciones que puedan señalarse.

Pero lo que constituye la preocupación más de fondo es cómo avanzar en aquellos aspectos que no por ser invisibles -o aparentemente invisibles- son menos perjudiciales. Se trata, sintéticamente, de todo lo que hemos venido cultivando como comportamientos sociales en tantos años de hegemonía neoliberal, haciéndosenos carne, costumbres, “lo que tiene que ser”, como si fuera el “sentido común” que muchas veces no es el “buen sentido”. Es esa conformación individual y colectiva que se manifiesta en actitudes indicadoras de valores alejados de los que animaban una construcción colectiva, con los pobres en el centro de la escena. Abordar la cultura desde esta perspectiva implica ahondar el análisis en todos los planos que inciden en la vida concreta de los ciudadanos: la política, la economía, la religión, la educación, lo social, etc. En estas dimensiones es donde todavía nos queda mucho camino por recorrer. No es cuestión de un día para el otro. Tampoco alcanza con el análisis, si no es acompañado de esfuerzos concretos para instalar una cultura diferente, que siga teniendo la solidaridad y la justicia para una vida digna para todos.

Desde estas páginas queremos hacer nuestros aportes. Quizás tenemos más preguntas que respuestas. Pero al compartirlas con nuestros lectores intentamos provocar el debate necesario para alumbrar el camino que debemos recorrer, recuperando experiencias de participación y trabajo comunitario, con sus avances y limitaciones.
• ¿Cómo fortalecer una nueva cultura política, democrática y participativa, que profundice cambios para la justicia social?
• ¿Cómo avanzar en conceptualizaciones y prácticas de derechos humanos capaces de transformar las realidades de injusticias sociales?
• ¿De qué modo los valores, prácticas y discursos neoliberales están aún presentes en la vida cotidiana reduciendo la capacidad colectiva transformadora? ¿Cómo instalar allí una sensibilidad social más cercana a los deseos de vida plena para todos/as?

Estas fueron las preguntas en torno a las que reflexionamos en la reunión de noviembre del Consejo Editorial de nuestra revista. De allí la necesidad de abordar la cultura política desde diversos ángulos. Algunos de esos aportes se incluyen en el dossier bajo el título: Cultura Política y Realidad Social.

Otras reflexiones a propósito de actividades organizadas por nuestro Centro se incluyen en esta edición. Aportes, desde nuestra propia tierra y al calor de las vivencias que nos tocan protagonizar, que sin duda ayudarán a mirar las realidades que nos rodean con más amplitud y profundidad, traspasando las coyunturas mediáticas que muchas veces nos entretienen, pero nos hacen perder o retrasar el horizonte.

“Vestido nuevo a lo que ya es viejo o sin vida –diría Mons. Angelelli– o con vida que ya languidece”. Ese eco pascual de 1973 resuena fuerte repitiéndonos un desafío que no terminamos de asumir como pueblo que quiere creer en nuevas formas de participación, que busca caminos de encuentros para asumir colectivamente una tarea que no por difícil es menos urgente. Y la pregunta recurrente: ¿Por qué? ¿Qué nos impide apurar los pasos de los cambios profundos que demanda la vida de los pobres, que se debate con las muertes cotidianas que niegan su dignidad? ¿Cómo descubrir y superar las limitaciones que como colectivo social nos distraen de lo que debería ser la razón de ser y la preocupación central de gobiernos, sociedad, iglesias, partidos políticos, instituciones democráticas, producciones culturales, organizaciones de la sociedad civil?

Se repite el dilema que Mons. Angelelli planteaba en 1973 cuando el pueblo anhelaba concretar la liberación que sentía necesaria y había votado masivamente. Sin “corazón recto” los vicios viejos o las nuevas picardías seguirán estafando las expectativas y necesidades populares.

Asumir desafíos con “corazón recto”, como explicitaba nuestro Obispo mártir, significa que nuestro compromiso es mucho más que la racionalidad de lo que corresponde hacer para que haya justicia social para todos. A esa parte de nuestra realidad necesitamos yuxtaponerle todo lo que encierra y desborda un “corazón recto”: Sensibilidad sincera, transparente, no retorcida; la pasión necesaria para superar toda especulación mezquina; y la compasión, que implica vivir y sentir con los latidos de los corazones de los más pobres. El “corazón recto” es siempre generoso y nunca aceptaría la mezquindad de aprovecharse egoístamente de los recursos que son fundamentales para una buena calidad de vida de las mayorías empobrecidas.

En este 2012, TIEMPO LATINOAMERICANO cumple 30 años. Un largo camino recorrido que nos exige mirar a nuestro alrededor para revisar cuánto hemos aportado a mantener vivas las utopías que despertaron hace 40 años, cuando la teología de la liberación amanecía en nuestras tierras latinoamericanas, alentada por el “aggiornamiento” que un papa de “transición”, Juan XXIII, impuso hace 50 años con el Concilio Ecuménico Vaticano II, en medio de un mundo con continentes y pueblos en búsqueda constante y contradictoria -no sin conflictos- de progreso y justicia; de crecimiento y libertad; para una paz que más tarda en llegar porque los “corazones rectos” siguen escamoteándole al compromiso concreto de embarrarse con las realidades cotidianas que lo demandan.

Equipo Tiempo Latinoamericano

Índice (Cliquee sobre cada título para ver su correspondiente archivo pdf)

PORTADA

Vestidos nuevos junto a los corazones de los pobres

Con justicia social, soberanía e integración latinoamericana

Dossier para la Reflexión. Cultura Política y Realidad Social. Presentación

¿Cómo influye la economía en la cultura política de la Sociedad?

Cultura política y prácticas alternativas. Aproximaciones desde la Teología

Sobre la producción socio-política del asco

Justicia Social: Significados. Un breve diccionario para evitar acuerdos ficticios o desacuerdos verbales

Angelelli, Enrique Ángel s/Homicidio. Hacia el JUICIO a los asesinos de MONS. ANGELELLI

Cátedra Libre Mons. Angelelli. Seminario Taller 2011

Seminario Taller 2011. ¿Qué nuevos paradigmas exige la realidad social y política?

Derechos Humanos. Presentación del libro de Luis M. Baronetto. Derechos Humanos, Justicia y Política

Derechos Humanos. Memoria, tarea y esperanza

Derechos Humanos. La Política en los Derechos Humanos

40 años de Teología de la Liberación. Teología de la Liberación. Perspectivas De Gustavo Gutiérrez

Experiencias. Reforestando el campo popular

BIBLIOTECA y CENTRO DE DOCUMENTACIÓN “OBISPO ANGELELLI”

Memoria. El Cura Vasco: “Vengan y coman...”

Memoria. Rubén Layún

Actividades del Centro Tiempo Latinoamericano. 24 de Marzo: Por los derechos humanos ayer y hoy

Actividades del Centro Tiempo Latinoamericano. Jornadas en Chilecito, La Rioja

Actividades del Centro Tiempo Latinoamericano. Encuentro Ecuménico en Buenos Aires

Celebración de la memoria. Tito y Rubén Layún

Documento de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Compromiso y Participación por la total aplicación de la Ley

LIBROS. Misas Radiales de Mons. Angelelli. Tomo III/ La cocina de la Ley

DOCUMENTAL. TREINTA Y DOS

Iglesia Evangélica Metodista Argentina - IEMA. Metodistas en Córdoba

San Leopoldo, BRASIL. Congreso Continental de Teología Latinoamericana

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