Editorial (Octubre de 2010)
Tiempo Latinoamericano: en los cambios de época
En los veintiocho años de vida, nuestra revista ha tenido cambios de distinto tipo. Fue en la época de cambios, cuando en las postrimerías de la dictadura genocida nos decidimos a afrontar la nueva realidad. Muy distinta de la que habíamos vivido antes de la persecución. Desde aquellos inicios varias cosas cambiaron. El equipo responsable inicial se enriqueció con nuevos integrantes. Aunque mantuvo el formato, la cantidad de páginas y su calidad de impresión, alguna vez la Revista TIEMPO LATINOAMERICANO cambió su logo característico. En cuanto al contenido, a veces se acentuó una línea más latinoamericana; otras, más local. A veces puso más el acento en temas religiosos; otras, más en lo social o lo político. En lo esencial se mantuvo fiel a aquella consigna de nuestro querido inspirador y patrono San Enrique de Tierra Adentro: Con un oído en el evangelio y el otro en el pueblo. Pero fuimos adecuándonos a las exigencias de cada momento. Generalmente los cambios son para mejorar, para mantener fidelidad a los objetivos establecidos. Y así lo hicimos.
En el transcurso de estos largos años caminamos al sentir y pensar de tantosy tantas otros y otras de la ancha geografía latinoamericana con quienes nos encontramos en las nuevas búsquedas para responder mejor a las perennes demandas de justicia y dignidad para las mayorías empobrecidas. Y esos debates encontraron eco en las páginas de nuestras sucesivas ediciones.
Fuimos así reafirmando nuestros objetivos: ser un instrumento para alimentar opciones de vida a favor de los pobres, inspirados en el evangelio y el testimonio de ese numeroso y plural martirologio latinoamericano. Y esto, difundiendo material para la reflexión, pero también promoviendo instancias de formación y esfuerzos de elaboración propia en base a las prácticas sociales y políticas, desde nuestra inspiración cristiana, ecuménica, solidaria, pluralista y participativa.
Nos sentimos alentados por nuestros lectores, nuestros suscriptores, nuestros anunciantes y algunas instituciones que nos apoyaron con recursos para seguir apareciendo, más allá de las dificultades propias de la realidad que vivimos y compartimos como ciudadanos de un país largamente azotado por las políticas neoliberales.
Con esa vitalidad y esa experiencia nos atrevemos hoy a dar un salto que significa un cambio importante. Asumimos el desafío de presentar una nueva propuesta.
Los acelerados cambios informáticos, ahora más extendidos a todos los sectores, que han transformado las comunicaciones, nos imponen hacernos cargo de una edición digital de nuestra revista; sin por ello abandonarla gráfica en papel, que cambiará de formato y se editará dos veces al año, aumentando sus páginas para dar mayor cabida a la producción de pensamientos y experiencias.
La edición digital nos permitirá llegar a más lectores, con costos menores. Y por ese medio también se podrá dar cabida a un mayor intercambio con publicaciones hermanas, que mirando desde su propia realidad, aportan a esa búsqueda común, que en el ámbito latinoamericano viene produciendo ya frutos muy alentadores en las realidades sociales y políticas de muchos de nuestros países.
Pero mantendremos la edición en papel porque, sin entrar demasiado en discusiones específicas al respecto, creemos que es una forma de lectura irremplazable. Posee sus propios atractivos para la reflexión de lo escrito. Además cumple en lo local una función referencial necesaria parala etapa de organización y articulación que también se ha propuesto TIEMPO LATINOAMERICANO, como Centro de Formación y Comunicación.
El formato elegido, para esta nueva época, que se acerca al de revista-libro, además del incremento en producción literaria, nos posibilitará redireccionar la distribución, aceitando mecanismos de recaudación, que nos permita la autosustentabilidad,ante las dificultades de financiación, acentuada en los últimos años, por las crisis que también llegaron a nuestro bolsillo comunitario.
Sabemos que es un desafío difícil de mantener porque la tarea sigue sustentadaen los aportes voluntarios de quienes venimos sosteniendo esta propuesta desde hace muchos años. Conocemos en carne propialas vicisitudes de este funcionamiento militante, que a veces nos impide cumplir en término el compromiso con nuestros lectores. Más cuando muchos de los que formamos este equipo de reflexión y trabajo, debemos ejercer nuestras responsabilidades laborales y de militancia en los propios ámbitos de pertenencia, en parroquias, sindicatos, movimientos sociales, eclesiales o políticos.
En esta tensión y en esta dualidad también reside la originalidad en la riqueza de nuestra experiencia. La asumimos así desde los inicios y la mantenemos como válida, con sus limitaciones y sus beneficios.
Y es precisamente desde esta particularidad que ahora también proponemos ampliar los espacios de participación invitando a integrar un Consejo Asesor y un Comité de Redacción, que enriquezca la producción de la revista Tiempo Latinoamericano. Y pueda de esta forma cumplir mejor con su función de aportar a una mejor lectura de la realidad, que haga más efectivo el compromiso personal y comunitario para su transformación.
Nuestro Equipo ha crecido en amistad, en debates, en fraternidad; y siempre ha mantenidoy alentado la fidelidad a la opción colectiva en la lucha por la vida, empezando por acompañar a los que no bajanlos brazos ni el corazón contra las opresiones y las injusticias. Con el empujón del testimonio de nuestros mártires, asumimos los cambios de esta época, convencidos que será para mejorar nuestro servicio.
Equipo Tiempo Latinoamericano
Índice (Cliquee sobre cada título para ver su correspondiente archivo pdf)