Revista
Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Abril 1995)

Nuestro número 50

Revista nº50 (Cliquee para ver/descargar)La revista TIEMPO LATINOAMERICANO presenta hoy su edición número 50. El acontecimiento es importante para el Equipo Responsable y creemos, también para nuestros lectores. Llegar a la edición de las bodas de oro es para nosotros un aliciente, un orgullo, un compromiso y un desafío.

En nuestra corta historia de doce años, muchos han sido los rostros, los nombres y los acontecimientos que han pasado y se han reflejado en las páginas de la TIEMPO…

Lo que fue la iniciativa de un grupo de cristianos, sobrevivientes en el ’82, que se propuso generar un espacio de reflexión y pensamiento desde la fe sobre la realidad que nos tocaba vivir entonces, ha sido un lugar de encuentro de viejas y nuevas generaciones, unidas en la búsqueda de formas nuevas para plasmar la vieja y siempre vigente utopía de aportar a la construcción de una sociedad más fraterna y más justa.

Aunque algunos hayan pretendido descalificarnos como los soñadores de utopías, amarrados a las nostalgias del pasado, creemos sin soberbia poder afirmar que nuestra insistencia en algunos temas tienen que ver más con las necesidades y urgencias de la dura realidad que vive cotidianamente nuestro pueblo. Si TIEMPO LATINOAMERICANO ha podido perseverar hasta llegar al número 50 es porque también ha existido y existe en la sociedad un espacio concreto donde sus páginas tienen eco y expresan un anhelo concreto. Son las comunidades y grupos cristianos, con espíritu Ecuménico, que intentan responder con mayor fidelidad a la consigna que nos dejara Mons. Angelelli: CON UN OIDO PUESTO EN EL EVANGELIO Y EL OTRO EN EL PUEBLO. Y son también los militantes de las organizaciones sociales, que con espíritu amplio y pluralista se encuentran en una práctica común a favor de la Vida y su dignidad.

Desde el inicio dijimos que no pretendíamos ser, ni decir, la verdad porque tampoco creemos que exista como absoluto. Pero sí expresar las vivencias y experiencias de esa porción realmente existente de pueblo, que no se resigna a vivir en la injusticia y busca caminos de liberación; tal como se viene vivenciando en diversas latitudes de nuestra LATINOAMERICA.

Así lo pensamos al principio, afines del ’82, con el grupo fundador: Juan Carlos Molina, que hoy nos sigue desde España y Máximo Layús, que volcó sus energías en la creación de la cooperativa Solidaridad. Y también los que se sumaron enseguida: el flaco Centeno, el petiso Laconi Y Norma San Nicolás. Después vino Pochi rubio y Fernando Esteban, que luego tomaron otros rumbos convergentes. Y Tito Layún, que esperamos se recupere de su dura enfermedad. Años de experiencia, vidas llenas de historia como la del viejito Aníbal que siempre acompaña a nuestra querida Elba; y rostros nuevos, con sangre joven como los de Juanca Stauber, Marcela López, Hugo Mamani, así como Susana, Leticia, Cristina y Julio, y otros más esporádicos como Walter o el Hno. Osvaldo, que ahora nos sigue acompañando desde Nicaragua. Doce años de historia no son fáciles de resumir en pocas líneas… pero sí puede destacarse que este esfuerzo editorial ha sido posible por la vocación militante de un grupo de laicos cordobeses, a los que también se han sumado otros amigos de La Rioja, Santiago del Estero y rosario; contando con el apoyo de sacerdotes, religiosas, pastores y obispos de distintas iglesias, que mucho han servido para alentarnos en nuestra tarea.

Como en toda marcha, nuestro camino, ha contado con momentos de mayor fervor y entusiasmo; y otros más duros y difíciles, incluso por cuestiones económicas. Pero el esfuerzo voluntario y desinteresado del Equipo Responsable ha hecho posible que hoy sigamos siendo, desde el centro del país, una voz que quiere reflejar lo que sucede y se piensa en nuestra ancha y larga geografía argentina y latinoamericana.

Con el número 50, expresamos nuestro agradecimiento a todos los que nos han acompañado en estos doce años y de un modo especial a la paciencia de nuestros lectores-suscriptores, que con su interés y colaboración también han aportado y aportan a la continuidad de esto que quiere seguir siendo un espacio de comunicación y articulación de tantas vidas y experiencias volcadas a favor de las relaciones fraternales que se van construyendo, para una sociedad nueva, que es también el reino de Dios.

Luis “Vitín” Baronetto
Director
Pascua del ‘95