Revista
Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Octubre-Noviembre 1989)

A 500 AÑOS LA LUCHA SIGUE SIENDO POR LA VIDA

Revista nº37 (Cliquee para ver/descargar)“La primera evangelización en América Latina acontecida bajo el signo de la sumisión, dio origen a un cristianismo colonizado, reproductor de los modelos religiosos de la metrópoli.
La nueva evangelización, bajo el signo de la liberación, abre el camino a un cristianismo típicamente latinoamericano”.
Fray Leonardo Boff

“Hablar hoy de nueva evangelización sería situarse nuevamente en la perspectiva del anuncio de un evangelio de vida que tiene su fuente en el amor de Dios, frente a una realidad marcada cruelmente por la muerte… una nueva evangelización significará partir de la realidad de la inmensa mayoría de este pueblo”.
Padre Gustavo Gutiérrez

La llegada de los españoles a estas tierras hace casi quinientos los ha comenzado a motivar distintos tipos de reflexiones, celebraciones y conmemoraciones.

Desde este rincón latinoamericano creemos una obligación aportar al debate, animando la reflexión en las comunidades de base y grupos cristianos de nuestra Argentina.

Una reflexión y un debate que necesitamos hacerlo desde nuestra realidad y los intereses concretos de nuestros pueblos.

Porque si la historia ocultada tantos años ha comenzado a salir a la superficie, poniendo de relieve la verdad de represión y explotación de los conquistadores, es porque ha crecido también la conciencia latinoamericana acerca del rol protagónico que deben jugar nuestros pueblos en la construcción de su historia, que es decir en su lucha por la vida.

Una conciencia basada en la realidad de marginación e injusticias que padecen las mayorías latinoamericanas tantas veces ahogadas y reprimidas cada vez que han intentado emerger de su situación.

Y esta lucha por la dignidad, la libertad, la justicia, que ha tenido a pesar de todo avances importantes, sigue siendo hoy el imperativo más urgente al que estamos convocados como latinoamericanos, como argentinos y como cristianos, junto a todos los que comparten y anhelan un mundo nuevo y distinto, basado en la fraternidad y la solidaridad.

Importa rememorar la historia a la hora de analizar nuestro presente para asumir la realidad de esas mayorías sumergidas que siguen avanzando en la búsqueda de una vida digna.

Porque podemos ver allí no ya a los conquistadores con sus espadas y cascos pero sí a los nuevos dominadores de saco y corbata movilizándose en sus mejores aviones para encadenar el destino de nuestros pueblos latinoamericanos.

Y podremos ver también no ya la desembozada imagen de una institución eclesiástica de la mano de los conquistadores uniendo la cruz a la espada para justificar teológicamente la dominación, pero sí a los nuevos planes de “iglesia electrónica” que predican una religión espiritualista “del más allá”, para que otros se queden con el “más acá”, y también los programas de “reevangelización católica” que en realidad contienen la voluntad de imponer un modelo de cristianismo ajeno al Evangelio y a la lucha de los pobres por su dignidad.

Esta ofensiva “neoconservadora” de “recristianización”, munida la mayoría de las veces de un lenguaje “modernista”, que entiende la cultura de nuestro pueblo como un fenómeno englobante que excluye el conflicto social, cuenta con un fuerte respaldo económico capaz de penetrar en los más diversos sectores mediante la utilización de las técnicas más avanzadas en los medios de comunicación.

Una ofensiva en lo ideológico que tiene su correlato con la implementación de planes económicos que hacen recaer sobre los sectores populares el costo más elevado de los “ajustes”, en la medida que se asientan en salarios bajos, alto nivel de desocupación y mano de obra barata, provocando día a día un aumento de la población que queda al margen de la economía formal y aumenta el nivel de miseria en los sectores populares.

Una acción concertada que se expresa en el terreno político por la vigencia de las democracias cada día más tuteladas en la mayoría de los países de América Latina por los poderosos y concentrados grupos que dominan la economía mundial, lo que acentúa el nivel de dependencia y sujeción a los dictados internacionales.

Una realidad que también padecemos los argentinos tanto a nivel eclesial, como económico, social y político; y que en nuestro caso se ha expresado incluso en otra medida de muerte al indultarse a los responsables del mayor genocidio de nuestra historia.

Frente a este avance montado en el debilitamiento de los sectores populares luego de muchos años de dictadura militares, aparecen signos positivos de recomposición social expresados en múltiples esfuerzos de organización de la solidaridad entre los pobres, como forma de resistencia a la muerte y lucha por la vida. Aparece también una economía informal que adquiere dimensiones de tal magnitud que hace pensar a los detentadores del poder en formas de asimilación. Se multiplica la resistencia de los sectores populares organizados: el movimiento obrero en Argentina, los Sin Tierra y el campesinado en el Brasil, los indígenas en varios países y otras expresiones del movimiento popular de América Latina. Y aparece, con toda la fuerza que viene del Evangelio y de la vivencia de una situación injusta, un cristianismo liberador que anima la organización de los pobres, en comunidades de base, expresando una nueva y auténtica evangelización, que de algún modo adquiere también un sentido reparador de aquella otra que vino unida a la espada de la colonización.

Una evangelización por la VIDA. Que retoma el sentido originario señalado por Jesucristo: “He venido para que tengan vida, y vida en abundancia…”. Y que en el contexto de muerte que viven nuestros pueblos, acosados por el hambre y la miseria, adquiere el carácter de una obligación ineludible y urgente de nuestra fe, exigiendo la multiplicación de acciones concretas por la vida.

En esto va el compromiso de quienes queremos seguir fieles a la consigna –cada vez más vigente– de Mons. Angelelli de continuar “CON UN OIDO PUESTO EN EL EVANGELIO Y EL OTRO EN EL PUEBLO”.

Equipo Responsable
TIEMPO LATINOAMERICANO