Editorial (Junio 1985)
Los que trabajan por la Patria
Mayo. Mes de los trabajadores y mes de la patria.
Dos fechas importantes y un solo protagonista… El pueblo en la calle, buscando participación, queriendo saber de qué se trata, haciéndose un espacio –muchas veces a codazos– en este suelo “ancho y ajeno”.
Un protagonismo en la “Plaza de Mayo”, como escenario del reclamo, el diálogo o la protesta. Pero que va gestándose en la laboriosidad cotidiana de muchos más, con su esfuerzo silencioso en nuestra dilatada geografía.
Desde aquellos anónimos brazos armados que engrosaron las filas del ejército libertador, regando con su sangre esclava la independencia nacional y latinoamericana, hasta los indios y criollos, que subyugados por la más cruda explotación, fueron generando la grandeza nacional con su trabajo. Empuñaron las armas por la libertad y roturaron la tierra por el progreso, del que resultaron marginados por quienes desde siempre han negociado y especulado con el sudor y la sangre de ese pueblo trabajador, que sigue marcando hitos históricos en su dura lucha por la dignidad humana y la justicia social.
Una historia de lucha, donde patria y pueblo se confunden.
Que va desde la primera resistencia indígena al despojo español. Que pasa por la oposición criolla a las pretensiones de los imperialistas de turno. Y que se continúa en la lucha de los trabajadores y el pueblo argentino contra la dependencia y la injusticia, que sigue atando nuestro destino nacional a la cola del león y condenando a la miseria a las mayorías populares.
Mucha sangre obrera y argentina ha regado las calles, los campos y las fábricas en aras de la justicia social y la liberación nacional. Tantos indios y criollos anónimos víctimas de la explotación y la injusticia. Tantos fusilados en aquella lejana Patagonia de principios de siglo. Y tantos detenidos desaparecidos cuyos nombres se pierden en la fragilidad de una memoria cómplice.
Vaya entonces como parcial homenaje a esos trabajadores y patriotas inmolados, algunos nombres incorporados a esta dolorosa historia que los pueblos van tejiendo día a día con sus luchas y su trabajo.
Felipe Vallese, en Buenos Aires, Hilda Guerrero de Molina, en Tucumán, Máximo Mena, en el Cordobazo; Wenceslao Pedernera, en la Rioja; Atilio López, en Córdoba, Francisco Ortiz, en Mendoza, Oscar Smith y Tomás Di toffino, de Luz y Fuerza, Jorge Di Pascuale, de Farmacia; Navor Gómez, ex-jocista de Bancarios, José Palacios, de la JOC Nacional y tantos otros… Nombres, símbolos de una historia que nos compromete y nos interpela.
Porque quedan en esta Argentina 1985, muchas conquistas sociales arrebatadas que necesitan reivindicarse y restituirse. Quedan comunidades aborígenes cada vez encerradas por una civilización extraña que sigue usufructuando el producto de su trabajo. Quedan muchos peones rurales despojados de su estatuto y muchas empleadas domésticas marginadas de la legislación laboral. Y quedan en fin miles de desocupados, cesanteados, subocupados en una Argentina que es de todos cuando de poner el hombro se trata, pero es de unos pocos a la hora de usufrutuar la riqueza nacional.
Se trata en definitiva de una tarea patriótica.
Porque patria es la familia, son los amigos, es cada lugar de trabajo, son los talleres y los surcos, es la cancha de fútbol… y toda nuestra vida cotidiana.
Porque patria es dignidad y justicia para todos. Poniendo el hombro, pero queriendo también decidir un destino común de felicidad.
Los cristianos tenemos aquí una gran responsabilidad. Como ciudadanos y como hombres de fe.
Porque afrontamos una realidad nacional que exige imperativamente la vigencia de la justicia social para afirmar el presente democrático y asegurar un futuro de grandes.
Porque estamos impelidos por un mensaje de fraternidad que nos obliga a no lavarnos las manos.
Es también una forma efectiva de expresar una memoria solidaria con aquellos mártires, muchos de ellos militantes cristianos que asumieron la lucha gremial como vivencia comprometida de su fe.
Por eso decimos PRESENTE a todos los trabajadores, mártires del pueblo y testigos fieles en el servicio a una causa justa. La causa evangélica de la fraternidad y la justicia.
Equipo Responsable
TIEMPO LATINOAMERICANO
Índice (Cliquee sobre cada título para ver su correspondiente archivo pdf)
Los que trabajan por la Patria
MISIONERAS LAICAS EN PERÚ. DE BÉLGICA CUZCO
LOS FALSOS DEMONIOS Y LA GUERRA A LA ECONOMÍA
REPORTAJE: RUBÉN DANIELE. La democracia sindical en marcha
jubilación para la empleada doméstica
¿Qué son las comunidades de base?
Desde La Rioja. LA IGLESIA EXIGE JUSTICIA