Revista
Tiempo Latinoamericano

   ES      EN      PO

Editorial (Octubre 1983)

A un joven exiliado

Revista nº9 (Cliquee para ver/descargar)Te hacemos estas líneas, porque tu imagen ha quedado flotando en nuestro equipo, como un eco positivo de los actos organizados en homenaje a nuestro querido mártir, Mons. Enrique Angelelli.

Fue en el panel, después de que hablaron los ex-jocistas, cuando tu figura humilde cobró dimensiones singulares. Cuando un amigo te pidió que dijeras algo sobre nuestro mártir, te pusiste tímidamente de pie y tus palabras simples llenaron de silencio respetuoso los corazones que escuchaban bien abiertos. Y nos dijiste más o menos esto:”que te sentías como un exiliado espiritual” que vuelve. Nos hablaste de tu antigua fe, que considerabas perdida, de tu entusiasmo juvenil por llevar el mensaje de justicia a tus hermanos obreros. Nos contaste de la persecución sufrida y nos dijiste también, sin resentimientos, cómo te había dolido el silencio de la Iglesia ante tanto dolor. Supimos también de tus labios, en una sentida confidencia, cuánto habías llorado en ese exilio sin fe, la muerte trágica, el asesinato de quien fuera tu maestro. Explicaste también porqué habías venido al homenaje de nuestro querido “pelado”: para romper el silencio nefasto, para “rebobinar” tu vida, nos dijiste. . .

Queremos decirte, hermano, que tu figura humilde ha presidido, cada línea, cada página de este número dedicado a los jóvenes.

Queremos hablarte de tantos jóvenes que son testimonio de Evangelio, hoy.

Queremos hacerte oír las 200 voces juveniles que en una encuesta sincera quieren decir lo mismo que vos nos dijiste aquella noche: su sed de esperanza en la Iglesia, su necesidad de rebobinar, para ser luz.

Esa obligación en conciencia de ser un poco los continuadores de tantos jóvenes, hay muertos o desaparecidos, que cayeron en una lucha evangélica por Lajusticia e hicieron posible con su propio testimonio ese camino nuevo que estamos recorriendo.

Hemos llegado en estas páginas a los hermanos más humildes de nuestra patria, a los indios matacos, para decirles cómo los sentimos nuestros.

Hemos querido hablar de una Comunidad, la de San Fermín de nuestra ciudad, que crece día a día en Evangelio, siguiendo las huellas y el testimonio de Angelelli.

Y al pensar en ti, hemos pensado en tantos jóvenes que quieren “ser” en esta Argentina sedienta de esperanza y se sienten marginados en una sociedad sin proyectos.

Sean estas páginas nuestras un abrazo muy fuerte, y una invitación a seguir caminando, como decía Mons. Angelelli, “CON UN OIDO PUESTO EN EL EVANGELIO Y OTRO EN EL PUEBLO”.

Es el lema que elegimos y que signa cada uno de nuestros pasos que queremos comprometidos con la PAZ y la JUSTICIA.

Equipo Responsable